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CORONAS
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¿Para qué los timbres de sangre y nobleza?
¿Para qué los timbres de sangre y nobleza?
Nunca los blasones
fueron lenitivo para la tristeza
de nuestras pasiones.
¡No me des corona, Señor, de grandeza!
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¿Altivez? ¿Honores? Torres ilusorias
que el tiempo derrumba.
Es coronamiento de todas las glorias
un rincón de tumba.
¡No me des siquiera coronas mortuorias!
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No pido el laurel que nimba al talento
ni las voluptuosas
guirnaldas de lujo y alborozamiento.
¡Ni mirtos ni rosas!
¡No me des coronas que se lleva el viento!
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Yo quiero la joya de penas divinas
que rasga las sienes.
Es para las almas que Tú predestinas.
Sólo Tú la tienes.
¡Si me das corona, dámela de espinas!
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Querido Terly, perdóname por mi opinión de hoy con respecto a tu oración; es que no estoy de acuerdo con la corona de espinas , ni para Jesús ni para mí. (ni para nadie) porque la considero un flagelo cruel y despiadado. Prefiero una corona de amor y de bondad para poder ofrecerla a mis semejantes en nombre del Señor.
ResponderEliminarUn beso y que Diós te bendiga.
Preciosa oración/poesía, aunque nuestra querida Juliana no lo quiera, la corona de espinas existió para Jesús y existe para nosotros en todas esas cosas que a veces nos atormentan y que debemos ofrecer en reparación por aquella crueldad de las espinas clavadas en su cabeza a machamartillo.
ResponderEliminarGracias, Terly, por traerla esta noche.
Un beso
yo que tanto amo a las rosas y están sus ramas llenas de espinos ...Dios mio yo me quedo con las rosas si se marchitan ya lo sé pero a la vez me marchitaré yo con ellas.
ResponderEliminarComo oración preciosa leerla como rezo al arrepentimiento de las flaquezas de la vida .
Terly te dejo un abrazo pero te necesito yo en mi casita como tu me necesitas aqui
siempre seras bien recibido
un beso
Marina
Gracias a mis tres bellas amigas de oración, sois unos cielos, que hablando de oraciones, eso vale mucho.
ResponderEliminarUn beso para cada una de vosotras.